jueves, 18 de septiembre de 2014

Canciones que no te dejan indiferente XIV

Hubo una época, durante la eclosión de las discotecas y su momento dorado que ya ha quedado atrás, en el que buscaban promocionarse como sea. Sabían que los clientes iban a ir hasta allí -como durante la nefasta Ruta del Bakalo en la que se cometieron las mayores barbaridades de la historia, que llevaron al cierre de buena parte de dichas discotecas-. El centro de la movida estaba en Valencia, y ya no se trataba de salir el sábado por la noche y volver para comer. No. Ya se trataba de salir el viernes por la tarde nada más acabar de trabajar, pegarse un viaje de seiscientos kilómetros hasta Valencia y pasar allí hasta la hora justa en la que, destrozados, drogados y despojos de seres humanos, llegaban el lunes por la mañana directamente al trabajo.


Pero no me voy a centrar en ese momento de la historia de la música. Hablaré de una discoteca que ya estaba, que sobrevivió a esa época y que a día de hoy sigue siendo uno de los grandes emblemas de esa pequeña historia de la que hablaré de vez en cuando. A pesar de que, desde su ubicación en Manresa (Barcelona), ya hace años que cerró sus puertas, pero volvió a abrir en una ubicación distinta. Me gustaría no citar otros ejemplos, como El Templo, dirigido por el infumable Chimo Bayo. O Spellbinder, centros ambos de la peor época de la música disco. Malos tiempos que prefiero no recordar.


Hoy traigo una canción que no tiene vídeo. Como es habitual en estos casos. La historia de esta canción es que se compuso para celebrar el aniversario de la discoteca. Otras discotecas llegaron incluso a sacar una canción símbolo de la misma antes de abrir sus recintos al público. Barbaridades que se cometían durante esa época. Se metieron en el estudio, contrataron a una cantante llamada Marian Dacal para que la interpretara, y con un par de DJs poniendo la base electrónica, compusieron lo que en música disco o mákina, aunque con esta canción yo no estoy de acuerdo con esa denominación, se llama un himno. Hablamos de 1999.


Al principio te despista un poco, porque empieza fusilando descaradamente un tema disco anterior. Open Sesame de Leila K. Supongo que le pedirían permiso. Destaca no solo la fuerza de la canción en sí, que traspasó las fronteras de la música disco y se convirtió en un icono generacional, de los que se escuchan en la radio a las diez de la mañana. Flying free fue un éxito internacional. También es fantástico su final solo con un piano acompañando a la voz de Marian. Y si tienes un buen equipo de sonido y eres aficionado a este tipo de música, te encantará este tema, si no lo conocías, que me extrañaría.


Pont Aeri- Flying free





No hay comentarios:

Publicar un comentario