viernes, 12 de septiembre de 2014

Canciones que no te dejan indiferente XII

En la historia de la música moderna, los intérpretes han destacado por ser grandes compositores, grandes músicos, tocar mejor en directo que en estudio, ser capaces de improvisar melodías increíbles en las conocidas como jam sessions ... Un poco de todo.


Pero también destacan aquellos a los que llaman precursores. Es decir, a los que hacen cosas que nadie antes había hecho. Podemos poner como un ejemplo que nadie recordará a un tal Charlie Parker, probablemente el primer intérprete famoso de guitarra eléctrica varias décadas antes que Jimi Hendrix, o incluso al batería de Def Leppard, que era, y supongo que seguirá siendo, manco. Solo podemos imaginar cómo rayos podía tocar la batería un grupo heavy con un tío manco.


De esos precursores estamos hablando. Esta noche traigo una canción conocida a cargo de un cantante conocido. Primero en Génesis, aquel supergrupo de superintérpretes que no se soportaban entre sí, y después todos ellos con sus carreras en solitario. Y no, no estoy hablando de Phil Collins, que en mi opinión, solo ha dejado un par de buenas canciones como solista. Mucha gente se deshace con In the air tonight. A mí me parece una canción del montón y, si tengo que quedarme con una, me quedo con Antoher day in Paradise.


Pero como ya he dicho, no estoy aquí para hablar de Collins, si no de Peter Gabriel. Sería muy fácil poner su famosísimo Don´t give up bien abrazadito a Kate Bush, o su archiconocido Sledgehammer, seguramente su mayor éxito, pero a mí la que me llama la atención de verdad es Big time. Una canción que no dice absolutamente nada, pero que en su momento creó tendencia por algo tan curioso como la extrema complejidad del vídeo musical que acompañaba a la canción. Muchos le imitaron posteriormente, pero durante unos años Gabriel fue el rey de los videoclips. A su estilo, único e intransferible. Nadie los ha vuelto a hacer como él y es, que, la verdad sea dicha, costaba más hacer uno de sus video clips que grabar el disco entero.


Y es que te vuelves loco entre todo lo que aparece en la pantalla. Sigues la canción, pero no dejas de ver todo tipo de paranoias emergiendo y desapareciendo para ver otras durante cuatro minutos. Ni que se hubiera tomado un tripi. En esta ocasión, apuesto más por una obra maestra visual que por una musical. De vez en cuando hay que hacer excepciones.


Peter Gabriel- Big time



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