martes, 27 de diciembre de 2011

Ahora les toca a ellos

Ya están las cosas como tenían que estar. Se acabaron siete años de concatenar desastres uno tras otro, de hacerles favores a los amigos, de pagar los servicios prestados con ministerios y sobre todo unos últimos dos meses en los que el dirigente del gobierno de una nación desapareció para que no se le cayera la casa encima y se ha ido absolutamente de rositas y sin importarle ser considerado el peor presidente de la democracia española moderna. Un país no puede ser dirigido por un licenciado en Derecho con unas notas mediocres que prácticamente no llegó a ejercer a pesar de constar en la Universidad de León como profesor asociado cuando hace años que las normas para profesores universitarios estipulan que todos han de ser Doctores para poder ejercer. ¿Se imaginan a ZP obteniendo un doctorado en Derecho por sus propios méritos? Yo no.

Muchos dirán, y es verdad que se ha organizado de tal manera que propicia el calificativo, que el nuevo gobierno de Rajoy es de puretas. No hay nadie menor de 40 años, varios de sus miembros ya fueron ministros con Aznar e incluso el de Economía era presidente de la división española de Lehman & Brothers cuando ésta quebró y se llevó los ahorros de miles de personas. Todos tenemos pasado. No era cuestión de poner a pipiolos a dirigir lo que debe ser una época difícil en la que queremos tanto seguir en el carro de la primera división europea o volver a ella y al mismo tiempo empezar a producir puestos de trabajo para cerrar la inagotable herida del desempleo. No va a ser fácil, aunque seguramente será menos difícil por la parte que le toca a las administraciones y su desastrosa gestión económica. Solo con cumplir los criterios de convergencia europea ya habrán dado un primer paso para cumplir un doble objetivo: eliminar el déficit, sobre todo el autonómico, y después de conseguir esto, disponer de dinero en caja para poder gastarlo razonablemente. Y la única manera de gastarlo así es creando empleo, no con más funcionarios que ganen 100.000 euros al año sin aparecer por la oficina, sino con brigadas de obreros que pongan decentes las calles, más policía para que la ciudadanía esté tranquila, más obras públicas necesarias y no como ese tramo Orense-La Coruña del AVE del cual me gustaría conocer dentro de seis meses sus cifras de ocupación de pasajeros por convoy… hay mucho que hacer, y debe ser rápido y bien hecho.

Algo de confianza debe generar el nuevo proyecto de Rajoy, ya que durante los últimos días en los que ha aparecido lo justo y necesario para lanzar unas cuantas ideas y formar gobierno, la prima de riesgo por comprar deuda española ha bajado significativamente, lo cual significa que si estábamos vendiendo una media de 3.500 millones por subasta al 5% de interés ahora estamos vendiendo más de 5.000 al 3.9%. Es un avance. Lo es porque no nos engañemos, con ese dinero se están pagando las pensiones y los sueldos de los funcionarios ya que en caja no hay un euro.

Tenemos por delante una legislatura en la que los populares no se encontrarán con oposición para aprobar todas las iniciativas que consideren necesarias. Dará igual que Cayo Lara se pase el día ejerciendo su inagotable verborrea dialéctica de cara a la galería como homenajeando al incontinente Llamazares y sobre todo anticipándose a acontecimientos que todavía no han sucedido como viene haciendo en los últimos días. Debe haber pasado sus buenos ratos y vinos con Rappel porque parece mentira la cantidad de predicciones que hace sin ninguna base ni datos que las contrasten. También dará igual que el PNV pida y pida y pida para apoyar al gobierno porque el gobierno no le necesitará, y también dará igual que CIU reclame una y otra vez las competencias fiscales para Cataluña sencillamente porque no se las van a dar, y menos si a su presidente, el siniestro Artur Mas, no se le ocurre otra cosa que cobrar a los ciudadanos 1 euro por cada receta que piden en la farmacia. Como si los ciudadanos tuvieran la culpa de que el gobierno anterior hubiera despilfarrado a manos llenas el dinero del que disponían y sobre todo el que no disponían. ¿Por qué no le pide cuentas al gobierno anterior, a ese que ha dejado diez mil millones de euros de déficit en caja de los cuales un tercio han sido generados en los últimos seis meses de gestión? No estaría mal que, para variar, se levantaran las alfombras y a los cheques de miles de euros por una cena en el mejor restaurante de Barcelona se le pusieran nombres y apellidos y se le exigieran responsabilidades. A mí me da igual que vayan a la cárcel, pero que devuelvan el dinero.

Me ha hecho mucha gracia el pique entre José Blanco, paleto de pueblo ex ministro de Fomento, y Jaume Camps, nuevo rico de familia bien presidente de Baleares. El primero se lanzó a degüello contra el segundo por el asunto de los trajes que le habían regalado, cuando resulta que por un lado le van a cazar más tarde que temprano por haber abierto los bolsillos sin parar a la hora de adjudicar licitaciones de obras en su querida Galicia natal, y por otro lado cuando el segundo presentó los trajes que le habían regalado resulta que le quedaban seis centímetros pequeños, con lo cual si se los hubiera puesto habría parecido un pescador. Pero no veo al paleto pidiendo disculpas por lanzar acusaciones falsas, lo cual ya es merecedor por sí mismo de una demanda por injurias y atentado contra el honor, sino que además él mismo se está hundiendo en el lodo, y es que no se puede poner la miel en forma de fajos de billetes de 500 euros en la boca del asno, y nunca mejor dicho. Las denuncias ya están puestas, y tarde o temprano caerá. Y yo me alegraré de que caiga porque le he visto en acción y no he conocido a persona más ufana y jactanciosa de un cargo que le venía tan grande como los bolsillos que ha abierto para recibir comisiones. Igual que a la mayoría de los miembros del último gobierno que como ya he mencionado, se mantuvieron unos meses en sus cargos sin dar un palo al agua porque tenían la consigna de no hacerlo por parte del ínclito ZP al haberles pagado ya por sus servicios y para no estropearlo más de lo que ya estaba.

Así pues, tenemos cuatro años por delante para que los azules hagan todo lo que tienen en mente. El desastre socialista nos ha llevado a la ruina; nos quedan 48 meses para ponerle nombre a la gestión popular. Y que lo hagan bien, oiga, que parados estamos muchos y desahuciados por no poder pagar la hipoteca otros tantos. Y no creo que a nadie de 40 años le guste tener que haber vuelto a vivir en casa de sus padres. O no disponer de recursos para alimentar a sus hijos pequeños. Al menos que nos quede el color verde de la esperanza.

jueves, 15 de diciembre de 2011

Bibliografía

Novela:

El asalto al poder: la primera cruzada
El asalto al poder: una victoria necesaria
El castigo de Victoria
El proyecto Rosalía

Ensayo:

El legado del padrino

Relato corto:

Realidades que se convierten en sueños
Las cenizas del olvido
Una adopción deseada
La luz que se apaga

Artículos de opinión en http://www.elimportuno.com/:

El fin de la mediocridad
Guipuzcoano o extranjero
Cosas que hay que cambiar
De escudo en escudo
El panorama que espera
El vendedor de humo
España campeona de Europa
Indignados, nosotros
La campaña y el debate
La gran jugada de Alfredo
La hipocresía del tabaco y el alcohol
La polémica de las centrales nucleares
Llamadme Alfredo
Mentalidades de otro planeta
Ole sus huevos
Personas diferentes en un mundo de iguales
Presidente de un solo mandato
Un país multipolar
Un poco de fútbol

lunes, 12 de diciembre de 2011

Cosas que hay que cambiar

Nos esperan tiempos difíciles. Siempre hemos sido una sociedad que se tomaba el brazo entero cuando le ofrecían la manga, y ahora estamos pagando las consecuencias de los despilfarros y la incalificable cara dura de los que han tenido el honor de disfrutar de poder y dinero. Lo del poder no nos importa demasiado dado el número de mediocridades a las que se lo hemos concedido, pero lo del dinero ya es algo más grave.
También hay que añadir nuestra propia idiosincrasia de personas acostumbradas o deseosas de querer aparentar lo que no somos; por ejemplo, ricos. Si vivimos en un país con varios millones de mileuristas no podemos creer que dentro de cada uno hay un Rockefeller en potencia porque no es así. De todas maneras, el CIS insiste en que la renta per cápita media de nuestro país es de 22.000 euros anuales. Si hacemos un sencillo cálculo eso se traduce en 1.833 euros mensuales. De entre nuestro entorno, familiares, conocidos, vecinos, ¿de verdad son mayoría los que ganan ese sueldo cada mes y más que ese sueldo para establecer la media con un amigo mío que lleva diez años dedicado a la informática y gana 850 y si pide un aumento de sueldo en su empresa le dan a elegir entre ganar lo mismo o echarlo a la calle para cubrir su puesto con alguien menos cualificado y que trabajará por 750?
He aquí unos ejemplos de las cosas que hay que cambiar para que este país salga adelante. Si algo hemos aprendido con la sucesión de gobiernos durante la democracia es que la derecha tiende a ser dictatorial y la izquierda tiende a llevarse todo lo que pilla por delante, es decir, el dinero de la caja. ¿Qué preferimos, a gobernantes que se suban a la parra prohibiendo cosas ante las que nuestra sagrada libertad se resentiría o a gobernantes que nos dejen hacer lo que nos venga en gana, incluyendo que sus hijas de catorce años se tomen la píldora del día después sin que sus padres se enteren, y cuando no nos demos cuenta abran la caja fuerte y se lleven todo lo que hay y lo que no hay?
Las cosas que no pueden ser, por poner algunos ejemplos:
-Hasta el cambio de alcaldía, el municipio de Jerez de la Frontera (209.000 habitantes) disponía de 300 funcionarios municipales, de aquellos que no han ganado su plaza por oposición si no a base de dedito, con un salario de 100.000 euros anuales. Y no hablamos del alcalde, hablamos de quien le atiende tras un mostrador cuando acude a solicitar información.
-Ya conocemos el caso de Castilla La Mancha. Cuando Cospedal levantó las alfombras, se encontró con 3.000 facturas pendientes de pago, muchas de ellas por servicios solicitados poco antes de celebrarse las elecciones autonómicas. Una costumbre muy fea la de gastarse lo que hay y lo que no hay cuando sabes que vas a perder las elecciones. Al infumable Artur Mas le pasó lo mismo en Cataluña, Montilla le había dejado un par de miles de millones en deudas y el presupuesto de 2.012 absolutamente comprometido por falta de liquidez y vencimiento de las deudas a corto plazo. De ahí los recortes que está haciendo, aunque habría que preguntarle si él y todos sus adláteres se han recortado el sueldo un 50%, por poner un ejemplo.
-El patrimonio de la Casa Real. Uno de los grandes desconocidos de este país porque no es políticamente correcto hablar de él. Pero yo me pregunto: ¿De qué sirve tener una flota de 20 coches de época que no se usan, precisan de mecánicos especializados y que cada uno de ellos puede llegar al millón de euros en una subasta en Londres? ¿De qué sirve tener varias decenas de palacios repartidos por todo el país a los que a lo mejor no han ido nunca y que solo generan gastos de mantenimiento como el de un jardinero que cobra 6.000 euros al mes y ni siquiera pueden ser visitados por la población?
-Asesores, consejeros, amigos de un amigo y la vecina del quinto. Una vez leí que por un informe de impacto medioambiental para construir un tramo del AVE se había pagado a una consultora 100.000 euros por tres meses de supuesto trabajo y, no se lo pierdan, un estudio de tres páginas. Y lo peor de todo, las fuentes consultadas aseguraban que no se había llegado a leer. Hasta el alcalde de mi pueblo no sale a la calle sin llevar a media docena de personas con él y por supuesto el Audi A8 blindado de 120.000 euros que se ha debido vender como churros por todo el mundo, ya que solo con echar un vistazo a las noticias veremos un ejemplar tras otro. Menos mal que no se atreven a aparecer en limusina.
-Nosotros mismos. Las entidades bancarias se han comportado como auténticas irresponsables concediendo los denominados créditos de alto riesgo a personas que con su sueldo de novecientos euros mensuales entraban para colar una hipoteca de 800. ¿Resultado? Dos millones de pisos vacíos en España, 250 familias desahuciadas cada mes y esa incalificable ley que permite a los bancos quedarse con el piso mientras obligan a los deudores a seguir pagándolo. Además el anterior y gracias a dios olvidado gobierno les permitió convertirse en agentes de la propiedad inmobiliaria, con lo cual aunque pongan sus pisos de alquiler a 200 euros al mes saldrán ganando. Luego jubilan a sus directivos pagándoles 30 millones de euros de finiquito cuando han sido intervenidos y financiados con dinero público porque estaban en números rojos. ¿Cómo no lo iban a estar?
Podríamos seguir así durante hojas y hojas. Al nuevo gobierno se le va a exigir, curiosamente, la seriedad que no se le ha exigido al anterior. Zapatero se ha ido de rositas y lo más desternillante, no se ha vuelto a León a una casita modesta con su esposa soprano y esos dos helados de fresa que tiene por hijas, no. Ha alquilado un chalet en una de esas urbanizaciones alucinantes de Madrid por el que va a pagar 2.500 euros al mes. ¿Verdad que ni usted ni yo ganamos ese dinero? Y la jubilación asegurada, por cierto, solo por haber sido diputado siete años con el 100% del sueldo. Otra cosa que hay que cambiar.

lunes, 5 de diciembre de 2011

Mentalidades de otro planeta

A lo largo de los años me he dedicado a observar el comportamiento de las personas que me rodeaban e incluso de las que solo pasaban a mi lado. Dicen que en la vida hay dos tipos de seres humanos, los que actúan y los que ven actuar a los demás. Yo he debido ser de los segundos durante la mayor parte de mi vida, ya que me asaltan continuamente recuerdos sobre situaciones observadas por el simple hecho de mantener una conversación con cualquier otra persona y que una frase haga volar a mi cerebro hasta veinte años atrás.
Recordando buena parte de la historia de nuestro país, llego a la conclusión de que nunca hemos sido un conjunto de ciudadanos que demostrara una admiración especial hacia ningún otro país del extranjero. Sin ir más lejos, a los franceses les llamamos gabachos, término heredado del catalán de cuando nuestros antepasados luchaban contra ellos en la guerra de independencia; a los portugueses les consideramos seres inferiores y no son pocas las voces que hablan de una unificación España-Portugal que siendo sensatos no aportaría nada más que quitar una línea de separación en un atlas geográfico; nos reímos de los ingleses por esas extrañas costumbres de conducir por la izquierda con el volante a la derecha mientras nos olvidamos de que los primeros coches construidos en Estados Unidos funcionaban de esa manera y fuimos los europeos los que cambiamos el volante y la orientación de la circulación, además de esa desagradable manía de beber la cerveza templada tirando a caliente o de tomar el té ardiendo con una nube de leche como dicen ellos. Nuestras mujeres en general no soportan a los italianos porque todos se creen los piu bellos y cuando vienen a España piensan que llegan al paraíso del sexo libre y lo que es peor, no aceptan un no por respuesta; si subimos de Suiza hacia el norte nos encontraremos con que a las cinco de la tarde las calles de las grandes capitales como Bruselas, Amsterdam u Oslo se encuentran completamente vacías de personas porque allí se trabaja de 7 de la mañana a 3 de la tarde y el clima tampoco ayuda a salir a cenar a las once de la noche como hacemos nosotros, y de Marruecos hacia abajo, qué vamos a decir que no suene a racista, por no hablar de la América hispanohablante, aunque en este último caso el desdén es mutuo, por nuestra parte por considerarles los conquistados y por la suya por considerarnos los invasores. Y van ya quinientos años así.  Que se lo digan a los gallegos.
Sin embargo nosotros estamos entusiasmados de miramos el ombligo y contemplar al resto del planeta con desdén. Hemos sido ejemplo de una transición hacia la democracia citada en todo el mundo por su rapidez, corrección y moderación durante un proceso por lo general traumático y lleno de actuaciones ante las que se hace la vista gorda, pero no hemos cambiado nuestra mentalidad. Hace unos 20 años jugaba al baloncesto cerca de mi casa en Barcelona y el padre de un conocido atravesaba la cancha para atajar en dirección a su domicilio; se cruzó con un vecino y al saludarse uno preguntó: “¿A dónde vas?” y éste le contestó: “A comer si me dan”. El hombre llevaba treinta años trabajando en la misma fábrica y su esposa era la tradicional ama de casa que cuidaba del hogar y los hijos y gestionaba el salario mensual de su marido para toda la familia como se hizo durante la segunda mitad del siglo XX, esa fue la propuesta planteada desde las alturas y aceptada por los ciudadanos hasta que la misma evolución de la sociedad ha marcado pautas diferentes llevadas por todo tipo de factores que han cambiado lo que en otros tiempos era normal y hoy no deja de ser una reliquia del pasado a la que no interesa volver, por nuestro propio bien.
Pero no hemos abandonado nuestra mentalidad histórica enquistada como una pústula que no somos capaces de arrancar de nuestro cuerpo. Por poner un ejemplo que le quede claro al lector, en España todavía se sigue llamando puta a la mujer que frecuenta la compañía de hombres más de lo que la decencia aconseja a pesar de que una puta por definición es aquella que cobra un estipendio por sus servicios sexuales, pero no por ese proceder, si no como el mayor insulto que se le puede proferir a cualquier mujer cuando hace algo que a determinado hombre no le gusta, y suele implicar un cierto grado de venganza porque probablemente, por muy puta que sea esa mujer no se ha querido acostar con el autor del insulto y es la única vía de escape que encuentra para su frustración. Hace siglos que se acuñó la frase de es más puta que las gallinas, siempre con esa histórica tendencia a convertir el insulto en la mayor de las humillaciones que intentamos infligir a los demás y en este caso citando el ejemplo de un corral que no es precisamente un lugar donde la mayoría de nosotros quisiéramos permanecer durante veinticuatro horas.
Sin embargo, y cambiando al otro lado, cuando se quiere insultar a un hombre para dejarlo por los suelos se le llama maricón. Siempre ese matiz sexual que acompaña a la idiosincrasia más escondida de nuestra población. Citando un dicho mucho más reciente ya que la homosexualidad se ha escondido durante siglos en nuestro país por considerarse una vergüenza impropia del macho hispánico, y seguimos con los tópicos típicos y repugnantes, me viene a la cabeza el ya clásico maricón el último que casualmente ha aparecido en la página personal de un famoso político durante los últimos días y que, al menos, le ha costado la dimisión, motivada entre otras causas por la presión de los colectivos de gays y lesbianas que se han lanzado al cuello de este infeliz al que en mi opinión, lo mejor es no hacerle ni caso. Solo de esa manera se llegará a la normalidad entre las tendencias sexuales, ya que el otro extremo, la obsesión, nos convierte en esclavos de nuestros fantasmas y sirva de ejemplo una reciente sentencia de un juez que absolvió a un ciudadano que había tenido la cortesía de ejercer de rey Baltasar en una cabalgata navideña y en su ímpetu por repartir caramelos al mayor número posible de personas fue a impactar con uno de ellos en la cabeza de una señora con tal fuerza que le causó una herida. Y la señora le denunció. El auto no tiene desperdicio, sus conclusiones están llenas de ironía y viene a decir a la acusadora poco menos que deje de hacer perder el tiempo a un juez con semejantes pamplinas, ya que tiene asuntos más importantes que atender. Contemplaba la noticia por televisión y al tiempo que me reía de la señora a la que se le termina el mundo porque un caramelo le haya dado en la cabeza lanzado desde diez metros por un hombre disfrazado que le lanza caramelos a otras cincuenta personas que no se quejan, también pensaba en la excesiva originalidad del auto emitido por el juez, de quien pueden estar seguros de la intención de ganar notoriedad con una sentencia que se haría conocida más allá de su juzgado.
Decía un antiguo jefe mío, también en su línea de hombre joven en cuanto a la edad pero con la misma mentalidad anquilosada, que en este país no es que se follara poco, es que siempre follaban los mismos, obviamente incluyéndose a él, y lo más gracioso del caso es que según me enteré él y su esposa intentaban tener un hijo pero por medios naturales no lo conseguían y llevaban un par de años mediante la fecundación in vitro, con lo cual este buen hombre le daba más a la mano que a cualquier otra cosa. ¿Ustedes en qué grupo se incluyen, en el primero o en el segundo?

sábado, 3 de diciembre de 2011

Reflexión

La naturaleza de los tiempos actuales es la obsesión.

Cantar al amor V

Hoy me falta tu sonrisa
enseña a mis pupilas su magia
Hoy me falta tu piel
envuelta en ese jazmín que me posee
Hoy me falta tu tacto
tus dedos vigilando mi camino
Hoy me falta tu cuerpo
pegado a mi deseo, dueña de él

Hoy me he levantado viajero
caminando por los senderos de tus cabellos al aire
conociendo tus ventanas prohibidas entre retazos de oscuridad
Hoy miro al mediodía peregrino
¿cuántas rutas perdidas me quedan por descubrir?
¿cuántos atajos ignoraré para llegar a mi destino?

Hoy veré anochecer buscando tu posada
perdido en montes frondosos, acariciando sus tallos
poseído por la inmensidad de tu selva por descubrir
Hoy dormiré entre tus brazos
refugiado sonriente entre tus delicados pechos
que acogen mi vida, mis sueños, mirada ilusionada

Hoy me entregaré una vez más
a los ecos de sirenas nacidos de tu pecho
recorreré tu cuerpo hasta ser uno con él
bordearé las cumbres de tus montañas
dibujaré un “te amo” en tu ombligo con mis labios
separaré tus puertas de entrada bajo tu mirada entregada
cerraré con llave y, hasta un nuevo amanecer, volveré a ser tuyo.