lunes, 13 de agosto de 2012

La selección española de baloncesto en los Juegos olímpicos de Londres 2012

De la serie de artículos publicados en www.elimportuno.com


Debo confesar a todos los que me leen que había escrito un análisis completamente diferente al que finalmente verá la luz. Ya lo tenía preparado antes de cuartos de final, pero no me ha quedado más remedio que cambiarlo por completo. La trayectoria de la selección no invitaba al optimismo y tras las lamentables actuaciones ante Rusia y Brasil, no podía menos que pedir públicamente el relevo tanto del seleccionador como de la mitad de los jugadores. Pero hemos sido plata, y por tanto la orientación del artículo sufrirá cambios importantes. Se ha pasado del fracaso a un fin de ciclo que se puede calificar como de sobresaliente.

Como el año pasado, uno por uno:

Sergio Scariolo: nos puede gustar más o menos; a mí desde luego menos, pero su palmarés es innegable, aunque en su debe hay que anotar que el trabajo ya estaba hecho por parte de los Pesquera, Imbroda y Pepu. Él, de su cosecha, no ha aportado absolutamente nada, tan solo el acierto de defender en caja más uno a Parker y Kirilenko cuando se dio cuenta o alguno de sus ayudantes le recordó que esa variante defensiva también existe. Esa imagen de hombre de altos vuelos que vive una vida de lujo, lleva un reloj de cinco mil euros y al que no se le mueve un pelo engominado a mí no me gusta nada porque da la impresión de que le vale tanto 8 como 80. Y su incapacidad para reaccionar ante situaciones adversas ha sido lo peor del campeonato. Espero y deseo que se dé cuenta de que ha cumplido un ciclo (de éxitos) y deje su puesto a otro que no se pase el año en Rusia. Díaz-Miguel sólo hubo uno y fue más que suficiente.

Víctor Claver: este chico, que ya tiene 25 años, parece un muñeco de Lego que todavía está guardado en una caja y hay que montar por piezas. La buena noticia es que seguramente le espabilarán en la NBA, y la mala es que si no lo hacen, se habrá perdido a un gran jugador de baloncesto en potencia al que le mata su indolencia. Un jugador de un corte parecido al del gran Larry Bird de los 80-90, y pido mil perdones por la comparación. Pero así debería ser, un jugador cuyas estadísticas se acercaran al triple-doble en cada partido. 

Víctor Sada: no estaba Ricky Rubio y por lo visto no hay otro base en España que sea titular en su equipo y que sea mejor que él. Parece que ni el veterano Carlos Cabezas, un base puro y duro de los de antes que se limita a dirigir a sus compañeros. Yo me pregunto si un jugador que es tan gris y además suplente en su equipo porque como base es muy justito y como escolta no tiene tiro exterior ni asume tareas de liderazgo que no le corresponden debe ser seleccionado para un combinado nacional. No ha aportado nada más que refresco a Sergio y José Manuel y podrá decir dentro de unos años que metió cuatro o cinco triples en unas olimpiadas en las que le regalaron una medalla de plata. Afortunadamente no estará en ninguna convocatoria más.

Sergio Rodríguez: han tenido que pasar unos cuantos años, pero parece que por fin se ha dado cuenta de dónde está su lugar. Si te vas a los 20 años a la NBA siendo un base de 1.88 que destaca en Europa por su manejo de balón, lo más probable es que no llegues a ninguna parte. Y allí es donde llegó él, porque no es Ricky Rubio, que mueve mucho mejor a sus compañeros. Menos mal que se dio cuenta y volvió. Suplente esta temporada de Prigioni, empieza a demostrar que ya no tiene 20 años y que algún día madurará. De momento lleva buen camino, veremos la temporada siguiente, sin el argentino y con todo un Real Madrid bajo su batuta.

Rudy Fernández: su eterno cabreo con el mundo resulta un tanto cansino. Capaz de lo mejor y de lo peor, no parece que nadie pueda ya encauzar su camino porque ha asumido el rol de estrella internacional y no va a permitir que ningún entrenador le diga que hace algo mal. Es una lástima, ya que Navarro necesita sustituto ante su inminente retirada y no contamos con un alero alto que aporte tanto triples como rebotes, es decir, un Garbajosa. Y él debe ser el escolta titular en no más de dos años, cuando Juan Carlos ya no pueda más con sus problemas de espalda. Ojalá me equivoque. La capacidad física y la muñeca las tiene, pero alguien tiene que decirle que hay que jugar los partidos sin estar pendiente de si algún contrario te mira mal y dedicarte los diez minutos siguientes a devolvérsela. Y a él le gusta demasiado eso.

Fernando San Emeterio: este año seré más benévolo y le subiré la puntuación. Aunque haya sido porque Navarro no estaba y Llull ya hacía bastante secando a la estrella contraria y jugando de base porque Sada no daba la talla. Siempre he dicho y siempre diré que es un jugador de club, está acostumbrado a ser la estrella en Vitoria y en la selección no se adapta ni a sus compañeros ni a su eminente rol defensivo. Por no hablar de que en eventos internacionales te tiran al suelo si te tienen que tirar y él también está acostumbrado a penetrar hasta la cocina ante defensas débiles. Pero ha cumplido. Quizás en el futuro aporte algo más, pero hoy por hoy se puede dar con un canto en los dientes.

Serge Ibaka: por fin la NBA parece que sirve para algo en este caso. Son destacables sus mejoras en tiros libres y tiro de media distancia, pero sigue sin ser un jugador de 30 minutos por partido. Es muy fácil ponerle 7 tapones a Australia con tu capacidad de salto, pero a quien hay que ponérselos es a los americanos. Y todos le tienen muy fichado ya. Una simple finta, y canasta segura. Alguien debería enseñarle eso. Pero todavía es muy joven y con gran capacidad de mejora.

Juan Carlos Navarro: nuestro mejor escolta de siempre junto con Epi ha hecho lo que ha podido, que no es poco. 21 puntos a los americanos no son moco de pavo, y lo que más atrae de él es que a sus 32 y con un pie fuera de la selección sigue demostrando que sus abismales carencias físicas son suplidas, por fin, con toneladas de talento. Le echaremos muchísimo de menos. Por cierto, un año después del primer análisis, me sigo riendo del iluminado que dijo en Facebook que este muchacho estaba sobrevalorado. Este año solo ha sido campeón de Liga y nombrado mejor jugador de la Euroliga. Yo también quiero ser sobrevalorado así. Doctores tiene la iglesia.

Pau Gasol: nuestro mejor jugador de siempre se retirará sin haberle dado un codazo a nadie. Es tan bueno en la pintura que a veces pasa por tonto, y como se ha labrado interesadamente esa imagen, los árbitros saben que no se va a quejar demasiado aunque le den palizas, y permiten que le acribillen. Por eso solo tiene dos anillos de la NBA cuando deberían haber sido cuatro. Si en su primer año le hubiera dado bien a un Howard o a un James, no le habría parado nadie en una década. Es el mismo caso que Rudy pero al revés. Sigue teniendo la mala costumbre de desaparecer en muchas fases de los partidos y de que cuando va a tirar un tiro libre nunca estés seguro de si va a entrar o no, pero bravo por Pau. Un broche de plata para un hombre de oro. También le echaremos de menos.

Marc Gasol: cuanto más le veo jugar, menos me gusta. Y menos me gusta porque cada vez se parece más al peor Fernando Romay, que salía diez minutos, le pitaban cinco personales ante las que se sorprendía como si le acusaran de asesinato, y al banquillo. Este muchacho que nunca será más que “el hermano de” y que juega a baloncesto porque no sabe hacer otra cosa, desaparece todavía más de los partidos que su hermano mayor y además no tiene ni la mitad de su talento. Será un peso muerto que tendremos que aguantar durante unos cuantos años, para nuestra desgracia. Y cuando le toque el papel de líder del equipo, estaremos perdidos.

Felipe Reyes: en su previsiblemente última aparición internacional ha sido el de siempre: el hombre que lo da todo desde el primer al último segundo que permanece en la cancha. Mejorando a su hermano Alfonso, solo demostró no dar la talla en la final. Los americanos eran demasiado rápidos para él. Pero bravo por Felipe, otro que se retira con todos los honores y un palmarés para quitarse el sombrero.

Sergio Llull: tiene un punto a favor y otro en contra. A favor: es seguramente el jugador de baloncesto más rápido de Europa. En contra: no lo aprovecha o nuestro ínclito seleccionador no le prepara una jugada específica para él en la que el pívot coge el rebote rápido, se gira, y Sergio ya está casi en media cancha para hacer un contraataque. Tan indolente y pasivo como Claver, ha tenido más minutos de los esperados. Pero fueron grandes defensas las suyas sobre Parker y Kirilenko. Kevin Durant ya era otra historia.

José Manuel Calderón: otro que debería pasar a la nómina de retiradas. A pesar de su decisiva actuación para remontar ante Rusia, ha demostrado que ya ha vivido los mejores siete años de su carrera deportiva, y resulta alarmante comprobar su incapacidad para correr al contraataque. A él le diría: gracias por los servicios prestados, eso es todo.

Los que no han estado: empezando por Ricky Rubio. Hace un año dije que se equivocaba yéndose a la NBA tan joven, pero por lo visto el equivocado he sido yo, así que celebrémoslo todos. En su segundo año deben enseñarle a medir el tempo de los partidos, cuándo toca el show time y cuándo jugar en serio, y lleva muy buen camino. Falta corregir su evidente endeblez física además de su tiro tanto exterior como interior y tendremos base titular para la selección durante muchos años. Me acuerdo también de Fran Vázquez, un caso muy feo que apenas mencionaré. Sabe que en la selección sería el quinto pívot, no lo acepta y se niega a ser convocado. Sin comentarios. Que le vaya muy bien lejos de Barcelona donde ha pedido cobrar como Kobe Bryant para renovar. No te echaremos de menos, Fran. Carlos Suárez es otro de la lista negra, sobre todo después del malentendido del europeo cuando Scariolo le dijo que era el jugador 13 o 14 y él entendió que estaba entre los 12 elegidos directamente. Mientras esté el italiano, no irá a la selección, y tampoco se pierde gran cosa porque está estancado. Rafa Martínez: si yo fuera él le diría que no al italiano directamente. Tres veces convocado y tres veces descartado es como para cabrearse. Y finalmente mi amigo Corbacho, estrella del Obradoiro compostelano que ha salvado él solo al equipo ACB con el presupuesto más bajo de la categoría, a los que me encontré una vez en un avión de los de 20 euros el billete a Barcelona. Galicia sigue siendo el pariente pobre. A lo mejor si juega en Valencia o Vitoria el italiano se acuerda de él.

Unos apuntes más para comentar:

Los árbitros: merecen una mención especial en el análisis. Sencillamente han sido LO PEOR del torneo. En un deporte como el baloncesto que Naismith inventó a finales del siglo XIX, una de sus normas originarias y que hasta ahora se suponía que se seguía respetando, dice, literalmente, que el BALONCESTO NO ES UN DEPORTE DE CONTACTO. Nos hemos hartado de ver selecciones absolutamente físicas, como Francia o Gran Bretaña, que no tienen ni idea de jugar a baloncesto y lo suplen con codazos, empujones y todo tipo de golpes para intimidar al contrario. El partido contra Francia fue el más lamentable en ese sentido ya que no se atrevieron a descalificar a Turiaf y al que practicó boxeo con Navarro, y otras muchas descalificantes, es decir, a la calle y sanción de un partido sin jugar más multa para la federación, se han quedado, con suerte, en antideportivas. Señores, ¿hay alguna falta que no sea antideportiva porque el baloncesto NO es un deporte de contacto y todos los contactos son antideportivos? Y me ahorraré los continuos pasos de los americanos en carrera; esos ya sabíamos que no los iban a pitar.

Los comentaristas de televisión: tienen que ser políticamente correctos, pero no osos de peluche. Hablaban continuamente de un pelín de intensidad defensiva y de estar un poco más acertado en ataque cuando el equipo naufragaba en ambos aspectos y anotaba 21 puntos en 20 minutos ante Rusia fallando todo lo fallable. Lo más curioso de todo es que nadie se acordara de que en semifinales, Andrei Kirilenko falló, en los últimos tres minutos, cinco tiros libres que habrían metido a su selección en el partido. Y cualquiera que entienda un poco de baloncesto se daría cuenta de que los falló a propósito, tiró los cinco exactamente igual, porque no quería ver ni en pintura a los americanos en la final. Y creo que en Rusia no le condenado a picar piedra en Siberia. Siempre nos pasa lo mismo en los juegos olímpicos: nuestros atletas no ganan porque no dan la talla, no porque haga frío, viento, o se les haya roto una uña del pie. Dejen de ser tan condescendientes. El atletismo español está en sus horas más bajas y no hay más que hablar. Y en el baloncesto resultaba increíble ver cómo jugaba la selección, 60-40 mal/bien, y sin embargo los comentaristas llegaban al cielo con nuestros chicos en todo momento. Más autocrítica, señores, que muchos espectadores de baloncesto hace treinta años que jugamos en la plaza del barrio. Y no nos chupamos el dedo.

Conclusión: El problema del baloncesto actual es que ya no hay un Jordan, un Magic, un Bird. Ahora les han sustituido mulas tipo Lebron James, Tyson Chandler, Boris Diaw, Turiaf, Archibald y compañía, que en los años ochenta y noventa hubieran sido suplentes en un equipo de segunda división. Se pasan 10 horas al día en el gimnasio, les hormonan por todas partes y te acabas encontrando a una muralla de 2.05 y 130 kilos que te da la mano y te rompe diez huesos. Por eso dejé de ver baloncesto habitualmente y por eso desprecio profundamente la NBA. Es una fábrica de asnos dopados hasta las cejas en la que se tiene que ir a buscar el talento al resto del mundo, y si no que se lo digan a Ginobili o a Nowitzky, ambos campeones con un físico justito y ambos estrellas indiscutibles de sus equipos. Y pensar que a finales de los 80 saltamos todos de alegría porque a Fernando Martín le permitían jugar de vez en cuando en Portland… el panorama es desolador para el baloncesto actual. Y para nuestro brillante seleccionador, que espero que dimita después de estos juegos aunque sea porque ya lo ha ganado todo, un último comentario: no puedes poner una zona en caja con tu mejor defensor encima de la estrella rival cuando ésta ya te ha metido siete triples. Ya es un poco tarde, ¿no crees? Ni pasarte más de medio partido contra Estados Unidos defendiendo en zona, sobre todo sabiendo que en el partido anterior habían metido 18 triples en 30 intentos. Eso son 54 puntos que te endosan así de salida sin hacer un solo tiro dentro de la zona ni lanzar un solo tiro libre. Con todos los adláteres que ha tenido este buen hombre a su servicio, ¿nadie se lo ha dicho? Es lamentable esa falta de recursos viniendo de un entrenador de su prestigio. Medalla de plata. Simplemente, objetivo cumplido. Yo no saldré a celebrarlo.

Como curiosidad y para celebrar los más de 200 entorchados internacionales de Juan Carlos Navarro, les ofrezco mi top 10 particular de los mejores jugadores de baloncesto que ha dado nuestro país en toda su historia:

Bases: Corbalán, Solozábal, Calderón

Aleros: Epi, Navarro, Herreros, Villacampa

Pívots: Pau Gasol, Wayne Brabender, Fernando Martín

P.D. – Es previsible que se anuncie una retirada de la selección tanto de Pau Gasol como de Juan Carlos Navarro como de Felipe Reyes. Ya son 32 y muchas batallas libradas. Los dos primeros pasan al Olimpo de nuestros jugadores. Y para Felipe, todos mis respetos; el mejor obrero del basket que hemos tenido.

Hasta el próximo campeonato que será, sin lugar a dudas, peor que este.