miércoles, 26 de noviembre de 2014

Bien hecho, pero ....

Después de la del infumable Gallardón, ha sido la más esperada y lógica.


La dimisión de Ana Mato, soberbia, agria, antipática, muda y arrogante ministra de Sanidad, es una consecuencia lógica de dos situaciones: su implicación en la trama Gürtel, y su desastrosa, nefasta y pónganle todos los adjetivos que quieran a su gestión durante la crisis del Ébola en España. Hasta tuvo que ser relevada como máxima responsable del gabinete de crisis por la vicepresidenta, en un evidente acierto de Rajoy porque esta señora, ni estaba preparada para ser ministra, ni sé a qué rayos se dedica más que a calentar asientos durante los últimos treinta años. Como tantos otros parásitos que se llenan la palabra de democracia desde los años ochenta. Bravo por usted. Ahora váyase a la puta calle y no vuelva.


Ahora bien .....


Señores socialistas ......


Señores que piden dimisiones por escupir un chicle a la calle ....


Señor PEDRO SÁNCHEZ .....


¿Cuándo va a dejar de ser usted un SINVERGÜENZA que solo tiene carisma e imagen, y junto a la señora Susana Díaz, otra sinvergüenza de marca mayor, les van a exigir a los ex vicepresidentes de la Junta de Andalucía Griñán y Chaves, cuyas implicaciones en la trama de los ERES ya han llegado hasta el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, que también DIMITAN de sus onerosos cargos de senadores?


Aquí, o todos moros, o todos cristianos.

viernes, 21 de noviembre de 2014

Decálogo sobre las páginas de contactos, amistades, pareja, sexo ... en Internet

Rescato este artículo escrito allá por 2012 dado que sigue vigente en la actualidad y me han llegado varios comentarios al respecto.




Están de moda desde hace años, en los cinco continentes. Tienen cientos de millones de usuarios. No me referiré en este caso a las redes sociales como Facebook, Twitter, Netlog o Tuenti. Esas no son páginas de contactos y merecen un artículo aparte.


Cosas que hay que tener en cuenta cuando te registras en una de ellas:


1º Hay muchas completamente gratuitas. No tienes que pagar por conocer al amor de tu vida o a quien te ofrezca una noche de satisfacción física sin compromisos. Además sus precios no son razonables; 30 o 40 euros al mes no parece demasiado (para quien los tenga), pero no salen a cuenta, y en un mes, aunque no lo parezca, solo da tiempo a descartar personas, que suelen ser, curiosamente, aquellas que primero responden cuando contactas.


2º Es muy conveniente saber qué quieres hacer. En qué está pensando tu corazón y qué intenciones tienes a la hora de inscribirte en una de ellas. Los hombres buscan sexo, en su gran mayoría, y no tienen conflictos morales si se presentan ante una mujer como casados aburridos de la monotonía con su esposa. Las mujeres suelen acudir a ellas tras una ruptura de pareja traumática y lo hacen bajo el equivocado axioma de que un clavo saca a otro clavo. Nunca es así, ya que solo les hace recordar lo enamoradas que siguen estando de quien ha provocado su ingreso en estos lugares.


3º Una vez registrado, desconfía si a los 30 minutos del registro ya has recibido 10 visitas, 7 mensajes y 5 chats. En primer lugar, todavía no has sido incorporado a la base de datos general de usuarios porque tu perfil está pendiente de aprobación y nadie sabe que estás ahí, y en segundo lugar, todas las páginas tienen un algoritmo de asignación automática que lleva visitas a tu perfil sin que éstas se hayan producido. Prueba con mandar un mensaje a hombre o mujer atractivos que te hayan visitado. Te contestarán que no lo han hecho o no te contestarán porque en realidad no existen.


4º Los perfiles falsos. TODAS las páginas los tienen. Y en muchos casos, los crean y fomentan para atraer usuarios. Algunas intentan ser serias y los suprimen cuando se denuncian, pero la mayoría no, entre otras cosas porque los han puesto ellos mismos para atraer visitantes y que PAGUES para poder leer un mensaje que te ha mandado una emigrante alemana residente en Lanzarote de 40 años que ha incluido en su perfil fotos en bikini y está de muy buen ver, igual que los hombres, que se apropian de fotografías de tableta de chocolate y a lo mejor están todo el día sentados delante del ordenador comiendo palomitas y criando panza cervecera.


5º La proporción de usuarios. A todas las páginas les interesa tener cuantas más mujeres registradas mejor. Sin mujeres, no hay hombres, y sin hombres, nadie paga la cuota mensual ya que todavía hoy, aunque parezca mentira, hay muchos sites en los que las mujeres no pagan y además presumen de ello. Cualquier página que afirme que tiene un 60% de mujeres y un 40% de hombres, MIENTE. Así de sencillo. La realidad suele afirmar que la proporción puede llegar a ser de 25 a 1.


6º Ni siquiera respondas a una mujer rusa o de Ghana que intente ponerse en contacto contigo. Intentarán hacerte el típico timo que se desarrolla así: te piden el correo electrónico y te dan el suyo, siempre de Yahoo (¿casualidad o impunidad?). Su primer correo es amable y educado, pero sin entrar en detalles personales que ya te contarán en privado. Por supuesto, una primera foto de un bellezón del este. Algunas intentan utilizar un traductor automático como el de Google o Lexicool y otras se preocupan primero de saber si entiendes el inglés. Si les contestas, te mandan un nuevo correo, ya preparado, en el que incluyen tres o cuatro fotos muy elegantes o ligeras de ropa y te explican su vida en dos o tres páginas. Si cometes el error de contestarles, esperan al momento oportuno para decirte que se han enamorado de ti y quieren ir a verte y quedarse allí contigo. Y es entonces cuando lanzan el anzuelo para ver si picas: el billete de avión desde Moscú o Accra cuesta 600 euros, y no se cortan en pedírtelos. Aviso a navegantes: no vuelves a ver ni el dinero ni la mujer. Es el timo más conocido en las páginas de contactos de internet. Tan habitual que tiene nombre propio: scam.


7º División por páginas creíbles o no. Creíbles: Meetic tiene un prestigio desarrollado a lo largo de los años, pero eso no significa que sea la mejor. Al contrario. El trato que se ofrece al usuario masculino equivale a “estás apuntado porque te dejamos estarlo”. Y el trato que se ofrece a la usuaria femenina es “puedes hacer lo que te dé la gana”. Servicio al usuario lamentable y desastroso, las mujeres campan a sus anchas con total impunidad. Sin duda, el peor, no por nada, sino porque van de serios y no lo son. Edarling se alzaría con el primer puesto en la clasificación si no fuera por lo elitista que es, y además se ufanan de serlo. Allí si eres calvo, bajito, moreno, gordo y trabajas sirviendo mesas, no tienes nada que hacer. En realidad, ni allí ni en ninguna otra, pero estos se anuncian en la tele y presumen de ser los mejores. Y la mejor página de contactos sería aquella en la que los usuarios estén obligados a contestar todos los mensajes que reciben. Aunque sea para responder que no les interesa la persona que se ha puesto en contacto con ellas. Por último, es la más cara de todas. Demasiados factores en contra.


Últimamente está subiendo mucho Twoo, aunque ya ha comenzado un declive evidente porque con el auge de los Smartphone mucha gente empieza a contactar a través del teléfono. Lleva poco tiempo, su interfaz gráfico es bastante mejorable y su número de usuarios no es comparable con las grandes, y tiene un gran problema: hay 150 hombres por cada mujer. Lo mejor de ellos: son gratuitos, como Amor en línea, con una proporción similar y en la que se protege la intimidad de todos ya que tienen montado un sistema de contactos en el que la otra persona debe aceptar tu solicitud antes de tener acceso a ella. Sin peligro para las mujeres, que es lo más importante. Y Plenty of fish, no muy conocida en España cuando empezó y con un diseño de página horrible que parece programado por un bebé, pero que va ganando adeptos también por su condición de totalmente gratuita. Hoy en día ha crecido mucho y está entre las más utilizadas, como en el caso de Waplog para los teléfonos móviles. Podría nombrar también a Loovoo, pero esta es de pago, y por supuesto, también te engañan como a un chino. Las demás no dejan de ser residuales y de escasa importancia. La lista es larga.


8º No creíbles. Hay demasiadas. Empecemos por la archiconocida Badoo, que presume de sus 220 millones de usuarios que no son tales, ya que al menos la mitad llevan sin conectarse más de seis meses después de comprobar lo que se cuece allí dentro. Los que se mueven por ese mundillo saben para qué es Badoo: sexo y más sexo. Allí no se forman parejas estables, incluso muchos de sus usuarios presumen de tenerla ya y de vivir con ella, pero volvemos a lo anterior: una aventurilla de una noche no está nada mal. Fuego de vida, con Like you, probablemente las páginas de contactos más tramposas de la red, junto con Ashley Madison. La primera es una apología de los perfiles inventados, con fotos claramente sacadas de internet o de otras páginas de contactos y multitud de perfiles con los que te pones en contacto y nunca responden. Sus creadores deben pasarse el día modificando a mano los perfiles falsos que ellos mismos han introducido para dar la sensación de que su página funciona, y se ríen de ti cuando denuncias a un usuario por comportamiento inadecuado. La segunda todavía es peor, ya que pagando una suscripción de un mes te dan derecho a chatear pero no a usar la cámara, y todas las personas que salen a tu encuentro, siempre las mismas, te la ponen, y al ver que tú no puedes intentan convencerte de que amplíes tu suscripción dos meses más. Por supuesto, todas ellas son trabajadoras a sueldo de la web. Y no nos olvidemos de Be Naughty, que parece competir con Like you en cuanto a correos falsos en tu bandeja de entrada y mujeres que solo existen en la imaginación de sus dueños. Victoria Milan o Adultfriendfinder son otros ejemplos de lugares en los que solo se busca la tarjeta de crédito del usuario masculino, ya que el femenino no paga. Este es el mayor agravio de todos: o pagan ambos sexos, o no paga ninguno. Pero me remito al punto 5.


9º Ya hemos descubierto que la página es una estafa legal y queremos salir de ella porque con la legislación en la mano es imposible demostrar que nos han timado. Muchas no nos permiten borrar nuestros datos a pesar de cumplimentar el formulario, con lo que nos quedamos allí para toda la vida. Esto es ilegal, pero el vacío existente en la normativa con respecto a internet les permite hacer estas cosas. ¿Ejemplos? Sin ir más lejos, AsianDate y el caso más sangrante porque te hacen rellenar el formulario y después de anunciarte que ya no eres miembro, una semana más tarde te llegan al correo nuevos usuarios compatibles contigo: Onedate.


10º Un consejo: salgan a la calle. Tómense unas cervezas con los amigos y conozcan a mujeres y hombres de la manera tradicional. Todos los que se apuntan a las páginas de amistades y/o contactos en internet ocultan algo o tienen un pasado del que no son capaces de escapar, y buscan en dichas páginas un último recurso para encontrar aquello que no han logrado en la vida real, y además les ofrece una impunidad en la que se sienten muy a gusto. Hombres y mujeres. Aquello de la barra del bar y el “¿estudias o trabajas?” parece que ya está muy visto, pero sigue siendo la mejor manera de hacerlo. Siempre en persona.





lunes, 17 de noviembre de 2014

Canciones que no te dejan indiferente XIX

El que suscribe estas líneas se considera un musicólogo. No por presunción o por vanidad. Yo lo llamo cuarenta y dos años de escuchar música, de todas las generaciones y etapas de la historia. Hasta los tam-tam de los indios. Pero también, por practicarla. Por tocar y cantar, sin importar que tenga una voz que a mí particularmente me parece un horror cuya única virtud es la de no desafinar, y sin importar que nunca haya destacado especialmente con ningún instrumento, aunque me precio de tocar una docena de ellos con cierta soltura.


Por eso hay veces que compruebo, y reconozco, que hay gente que sabe más de música que yo. En líneas muy generales, porque no creo que haya en España muchas personas que sepan más que yo de música de baile entre los años 1987 y 1992. Cada uno se centra en lo que le gusta, y no hay nadie que sea un especialista en todas las épocas de la música, sobre todo la moderna, de los años 50 hasta la actualidad, si no se dedica a ello y escucha diez discos cada día. Yo creo que ni eso. El que conoce a Metallica no conoce a The KLF. Así de sencillo.


Por eso a veces también me pregunto de dónde sacan algunas personas ciertas canciones que de otra manera, yo nunca habría escuchado. En mi comentario musical de hoy hablaré de una chica, joven, guapa y con pinta de simpática, a la que conocí una vez por casualidad. A su música, claro, a ella no la conozco. Como aficionado a las series de televisión que soy, suelo conseguir los episodios piloto de casi todo lo que se ofrece por internet. Mi política habitual es la de conceder dos, tres de ellos como máximo, a una serie para decidir si continúo viéndola.


Normalmente, no sigo las series españolas. No me gustan porque me parecen todas iguales, aunque soy consciente de que hay honrosas excepciones, pero como les tengo una especie de manía, no salgo de mi costumbre. Hice una excepción, exraña excepción por tratarse de una serie tan ridícula como histórica para nuestra televisión, como Aída. Me gustaba esa parte de realismo de los bajos fondos que emanaba de una simple comedia de situación que llaman los americanos. Pero Aída ya terminó, y ya era hora de que lo hiciera. No puedo decir que lo hicieran a tiempo. La última temporada sobró y punto. Pero ya está guardada a buen recaudo.


Un día apareció, por uno de los lugares habituales de internet donde puedes encontrar lo que estás buscando, una serie que me pareció extraña por el nombre, "De boca en boca", y además, española. Otra ridiculez para pasar el rato los ociosos españoles a las once de la noche. Sin embargo, me dio por conseguirla y, para ser sinceros, me enganchó a la primera. Sé que tuvo unos inicios difíciles porque la encajaron en la parrilla televisiva nocturna con otras series ya consagradas, y parecía que, después de los primeros capítulos, el fantasma de la cancelación sobrevolaba la serie. Pero consiguieron sacarla a flote, y de hecho, de los trece episodios pensados para la primera temporada, la extendieron a dieciséis. No voy a hablar de la serie porque no es lo que interesa en estas líneas.


Lo primero que me llamó la atención fue el buen rollo que me daba la canción, la sintonía con la que abría la serie para presentar al elenco. No tardé mucho en buscarla, y no fue fácil porque nadie hablaba de la serie en internet y mucho menos decían quién cantaba la sintonía. Pero finalmente la encontré. Por supuesto la cantaba una absoluta desconocida. Por eso decía antes dónde encuentran esas pequeñas joyas.


María Sagana es una de tantas cantantes que intenta abrirse paso, a sus imagino que veintipocos años, dentro de este horrible y asqueroso mundo que es la música profesional. Igual que el de la literatura. Yo ya conozco profundamente ambos. La canción no es sensacional, no es inolvidable, no merece un puesto en la historia de la música, pero cuando la escuchas, deja un buen sabor de boca en el cuerpo, e incluso le das al Play de nuevo para volverla a escuchar. Esta chica seguirá siendo una desconocida, pero al menos su primer tema conocido, aunque peque de falta de letra y de repetición de estribillos, sencillamente me encanta.






Por supuesto, no hay video de la canción, pero tampoco es que interese demasiado. No será del gusto de todos los públicos, pero qué diablos, son mis canciones.






María Sagana- Every second counts




Eso sí. Como no podía ser de otra manera, esta muchacha, que en el fondo y en la superficie no es absolutamente nadie, cree haber llegado al estrellato antes de ser conocida. Una canción que te deja buen rollo, pero la cantante no te deja más que la sensación de ser una diva inalcanzable. Pero ese es su problema. Los fracasos se suceden uno tras otro y no consigues tu sueño. El cementerio de cantantes fracasadas está lleno. Aquí tenemos un ejemplar más.





Al final lo consiguió

Hace unos pocos días, el ínclito Alfonso Guerra alias perro de presa diarreico, dijo por fin algo decente, algo a lo que todos debemos darle la razón: "Llevo cotizando a la Seguridad Social cincuenta años. Ya está bien".


Pues sí, Alfonso, ya está bien. Ya está bien de tener que seguir soportándote con esa cara de no haber roto un plato en tu vida. Y todos sabemos que has roto vajillas enteras.


Ojalá se retire pronto y en silencio. Los amigos de la democracia, que él no lo es, no deseamos volver a saber nada de él. Jubílate mañana mismo, Alfonso. Total, vas a cobrar lo mismo que estás cobrando ahora. Pensión completa de diputado. Y nada de 2500 euros al mes para las cotizaciones más altas.


Me encantaría saber cuánto cobrará como pensionista el perro de presa jubilado.

miércoles, 12 de noviembre de 2014

Canciones que no te dejan indiferente XVIII

En esta ocasión no voy a hablar de la canción. Voy a hablar del músico. Además de la calidad técnica de la composición, siempre he valorado la rapidez con la que pueden tocar los mejores. Yngwie Malsmteen con la guitarra nunca ha sido considerado como uno de los dioses del olimpo de la guitarra, pero siempre se le ha otorgado el papel del guitarrista más rápido a este lado del sistema solar. Es una valoración justa, pero en su debe hay que tener en cuenta que este buen hombre, ya en el ocaso de su carrera y con demasiadas muescas en su pistola, toca muchísimas notas al aire. Sin embargo, no hay más que escuchar su "Trilogy Opus 5" para darse cuenta de que no todo el mundo puede tocar con la velocidad a la que lo hace a él.


A mí me queda el consuelo de que soy casi tan rápido como ellos tocando solo con el pulgar. El pulgar es un solo toque de cuerda. Con la púa tocas dos veces en un solo movimiento. Pero olvidémonos de este detalle de vanidad que no sirve para nada, ya que yo no tengo tiempo, ni ganas, de pasarme cuatro o cinco horas diarias con la guitarra para aprender a hacer un tapping, sin ir más lejos.


Otro ejemplo sería un gaitero al que ya he hecho referencia, Daniel Bellón. Un muchacho, que ya debe tener mi edad, que se decantó por la rapidez tocando antes que por la calidad de una melodía elaborada como su maestro Carlos Núñez. Quizás por eso nuestro amigo el de la frente despejada sigue siendo el número uno después de más de veinte años, y Bellón el número dos.


Sin embargo, en el caso de Ara Malikian, se unen las dos cosas. Un virtuosismo maravilloso e único con el instrumento, el violín, que a mí me llevan a afirmar, sin temor a equivocarme, que es el número uno con el instrumento hoy por hoy. Un caso parecido al de los chicos de 2Cellos, pero ellos son dos, y las partes que no puede tocar uno las toca el otro. Además de dedicarse exclusivamente a hacer versiones de otras piezas ya escritas. Memorable su versión de "Thunderstruck" de AC/DC, un vídeo para ver una y otra vez.


Y la rapidez, desde luego. Para poder tocar con el violín a Paganini, necesitas que tus dedos vuelen sobre los trastes del instrumento mientras tu mano izquierda golpea las cuerdas a una velocidad casi diabólica. Eso, los diestros. Yo soy zurdo. El caso de este chico es realmente curioso. Emigrado desde Armenia como nuestra admirada Lilit Manukian, lleva no sé cuántos años pidiendo la nacionalidad española. No sé si la ha conseguido ya, pero cinco años sin que los políticos le hagan ni caso es para hacérnoslo mirar entre todos. Es un número uno, un violinista que llena escenarios y que además de su inigualable sonido y calidad técnica, se preocupa de montar shows cuajados de humor y de momentos de complicidad con el público. Yo, sinceramente, me emociono cada vez que le oigo tocar. Incluso cuando ha estado invitado en Pasapalabra y le han pasado un auténtico desastre de violín para que tocara durante unos segundos, ha llegado hasta lo más fondo de mi ser.


El mejor violinista del mundo vive, trabaja y es un español como los demás. Y además acaba de ser padre. ¿Qué más podemos pedir?


Señores y señoras. con ustedes, Ara Malikian. Relájense y disfruten.


Ara Malikian- Paganini show





Pregunta al aire

¿Por qué Dianna Agron y Heather Morris no estuvieron en el episodio de homenaje a Cory Monteith en Glee?

lunes, 10 de noviembre de 2014

Reflexión

Debería haber un día mundial contra la migraña. Somos legión los que la padecemos y nos destroza el día, la semana o la vida. Según la frecuencia con que las tengamos.

domingo, 9 de noviembre de 2014

Pésame

Hoy nos despertamos con catorce españoles menos, volviendo hacia Murcia ... que Dios les bendiga, en esta vida y en la posterior.

sábado, 8 de noviembre de 2014

Inmovilismo

En los últimos treinta días me han debido llamar por teléfono alrededor de diez empresas distintas ofreciendo sus servicios a unos precios maravillosos, siendo los mejores de todos, los que más ventajas ofrecían y toda esa ristra de adjetivos que nos podemos imaginar.


La primera pregunta que yo me hago, porque yo no había tenido trato jamás con algunas de esas empresas, es de dónde habían conseguido mi número de teléfono móvil. Es conocido que Telefónica, cuando era una empresa pública, antes de pasar a manos privadas y de cambiar de nombre tantas veces que ya no sabes cómo se llaman, vendió su base de datos de clientes de telefonía fija a todo aquel que se la quisiera comprar. Por una buena suma. Y muchas grandes empresas la compraron. Se trataba de un listado de más de veinte millones de clientes, y ¿quién no quiere un chocolate tan sabroso como ese? Debieron pasar años llamando a un número tras otro.


Esto, por supuesto, era y sigue siendo ilegal, pero han pasado años desde entonces y, como todo o casi todo lo que sucede en este bendito país, pasó al más absoluto de los olvidos a pesar de que alguien, o varias personas, se habían llevado un montón de millones por vender un fichero que cabe en un pen drive más el programa de gestión. Esto sigue siendo España. ¿A que no han visto, ni verán jamás, un listín telefónico de los antiguos pero con todos los teléfonos móviles particulares de España? Pues no, porque está prohibido según la Ley de Protección de Datos. No afecta solo a las películas, las series y los programas de ordenador descargados de internet


Lo más curioso del caso, y es que yo no necesito nada ni los servicios que tenemos contratados en casa los vamos a cambiar, es que las operadoras, que son casi todas mujeres y casi todas españolas, lo que no significa absolutamente nada, insisten en intentar colarte algo. Que te cambies de operadora de telefonía móvil o que cambies la aseguradora de decesos. No importa.


Por ello, y aunque empiezan a agobiarme y estoy a punto de colgarles el teléfono pero entiendo que son personas que están trabajando y se ganan así la vida, haciendo cien llamadas o más al día, les ofrezco una mínima explicación de por qué no voy a contratar ningún servicio. Y entonces llega el momento clave. A menudo, por el devenir de la conversación, aparece la palabra inmovilismo en la conversación. Obviamente no voy a explicar por qué la utilizo, pero el resultado es siempre el mismo: poco después de nombrarla, las operadoras me interrumpen y me preguntan qué he dicho, porque no me han entendido. Después de repetir la palabra, todas me preguntan qué significa, porque no la habían oído nunca, y escuchado menos. Y yo tengo que decirles lo que significa.


Inmovilismo. A mí no me parece una palabra tan extraña. Incluso, por una simple cuestión de lógica, cualquier podría pensar que te refieres a algo que no se mueve. Pero las operadoras no. Para ellas no existe esa palabra. Y para los operadores, por lo visto, tampoco.


Diez llamadas en las que he utilizado esa palabra, algunas de ellas a propósito para comprobar la pobreza cultural de quien me estaba llamando, y diez llamadas en las que no sabían lo que significaba.


Como para ponerse a pensar qué pasa con el sistema educativo ....

martes, 4 de noviembre de 2014

Glee sin Cory Monteith


Ya escribí hace tiempo un artículo sobre esta serie, diferente, ridícula y totalmente adictiva que sorprendió al mundo entero en 2009 cuando reunió a doce estudiantes-cantantes y un profesor en un instituto, que versionaban temas conocidos de siempre de cara a una ficticia competición de coros. No voy a hablar de los logros conseguidos por Glee, para eso ya están las cifras que se pueden encontrar en internet. Las nominaciones, los premios y sobre todo los millones de canciones y discos vendidos, además de una legión de fans que probablemente no hayan conseguido otras series de la actualidad. Ni siquiera Breaking Bad, Juego de Tronos o The Walking Dead.

Las dos primeras temporadas fueron magníficas, inolvidables por la frescura de los actores, la excelente selección de canciones, aunque la mayoría fueran americanas pero eso era algo comprensible, y la tercera, pasable porque conseguían el objetivo de ganar el certamen nacional de coros y esperabas episodio a episodio a que lo consiguieran. El problema surgió para los creadores de la serie cuando sus principales protagonistas se graduaron en el instituto, y había que plantear la serie de otra manera. Y la única manera de hacerlo era introducir nuevos actores-cantantes y alternar sus historias con las nuevas vidas de los Colfer, Michelle, Monteith, Rivera y compañía.

El estrellato internacional que habían conseguido desde Dianna Agron (desaparecida desde entonces y extrañamente ausente en el episodio de homenaje a Cory, como Heather Morris) hasta Mark Salling, era imposible de igualar, aunque convocaran concursos con nuevos valores para sustituirles. Imposible. Por eso la serie bajó radicalmente en su audiencia, pasando de casi veinte millones de espectadores en determinados episodios de la primera temporada a apenas cinco en la cuarta y la quinta. Y bajando, por motivos diversos. El formato de la serie, similar y posterior a la ya triunfadora American Idol, está agotado.

En buena medida, Glee ha conseguido una quinta y sexta y última temporada  gracias a la legión de incondicionales fans a los que ya no les importa demasiado la serie, pero compran todo lo que produce la potentísima máquina comercial de Glee: discos, camisetas, conciertos y otros, que la han mantenido hasta hoy. Ese detalle mantiene la serie rentable y por eso ha seguido en emisión, aunque por ejemplo, en España, la Fox ya está emitiendo dos capítulos consecutivos cada semana. Primer indicio de que una serie está próxima a su fin.

Pero la serie ya no es lo que era.

He nombrado un motivo por el que Glee ha caído en picado, la falta de carisma de los sustitutos de Amber Riley, Heather Morris, Harry Shum Jr., Mark Salling o Dianna Agron. Son cuatro ejemplos aparte de las estrellas Michelle y Colfer, pero cada uno de ellos aportaba algo interesante. La nueva Aretha Franklin, la fingida estupidez de Morris, el magnífico bailarín de raíces asiáticas y el malote de buen corazón aportaban algo diferente que enriquecía la serie después del lucimiento vocal de los anteriores. Pero sus sucesores, obviamente, no están a la altura. Pero hay un segundo motivo. Causó impacto mundial en su momento, llegando a ser lo que ahora se llama Trending Topic mundial en Twitter, como sucede con todo aquel actor, cantante y famosísimo que es, en cierta forma y aunque no se corresponda con la mejor voz, el alma de la serie. Hablo de la muerte de Cory Monteith. La verdad es que no me apetece analizar, ni alcanzo a entender, cómo un muchacho de 31 años que lo tiene todo, dinero, fama y a la chica guapa con la que se iba a casar, se mata una noche en una habitación de hotel entre drogas y alcohol justo antes de iniciar el rodaje de la quinta temporada. Si yo hubiera sido Lea Michelle, no estaría destrozado. Estaría muy cabreado. ¿Es que ella y su vida en general no eran suficientes como para seguir adelante? Me encantaría una respuesta a esa pregunta. Aunque nunca la tendré. Ni yo ni nadie.

Por eso Cory, gilipollas, nadie entiende lo que te pasó. Llegó a decirse que consumías drogas desde los doce años. No me lo puedo creer. Pero prefiero olvidarme del asunto y que descanses en paz. Lo hecho, hecho está.

Pero pasemos a lo que ha supuesto la repentina ausencia de Cory Monteith en Glee. La serie ha bajado en picado porque creo que todos estamos de acuerdo en que, después de no haber abandonado el nido como muchos de sus compañeros, la presencia de Monteith y su peculiar voz de barítono (inolvidable su versión de I´ll stand by you de The Pretenders, el éxito mundial de Journey con su Don´t stop believing e incluso en No Air), le aportaba esa dosis de veteranía que la frescura de los nuevos actores no conseguían imponer para continuar con Glee como una serie de masas como lo había sido durante las dos primeras temporadas. Como anécdota personal, yo no conocía nada de Journey cuando llegué al final del primer capítulo y escuché aquella maravillosa versión. Debió gustarle a medio mundo, ya que los autores originales de la canción vendieron cinco millones de copias digitales de una canción ya olvidada y la versión de Glee alcanzó las quinientas mil. Hasta Ophra se los llevó a su show para que la cantaran. Todo un icono del pueblo americano, como la misma serie por sí sola.

Solo he necesitado seis episodios de la quinta temporada para comprobar que Monteith era uno de los pilares de la serie. Y no solo por ser la pareja de la superestrella Lea Michelle. Él también era una superestrella a su manera. Quizás, como otros pobres desgraciados como Cobain, Winehouse y compañía, no pudo con la presión del éxito (ya me gustaría a mí tener esa presión) y prefirió quitarse de en medio cuando ya había anunciado su intención de casarse con Lea Michelle.

Por eso veo los capítulos de la quinta temporada y no hago más que preguntarme cuándo diablos va a aparecer Cory Monteith para cantar una de esas canciones perfectamente adaptadas para su voz. Lea Michelle y Mathew Morrison ya han editado discos en solitario aprovechando el tirón de Glee, pero nos ha faltado el de Cory. Ya era un buen batería antes de empezar la serie, pero no se había aprovechado el potencial de su voz. Ahora, evidentemente, nos quedaremos sin un disco con temas propios o de su banda, anterior a Glee, pero ha dejado varias canciones en solitario para disfrutarlas.

No era la estrella, no era el personaje principal, su papel estaba siempre a la sombra de la histriónica Rachel Berry, pero sin su presencia, a la serie le han amputado las dos piernas. Por eso es mejor que, una vez sucedidos los trágicos acontecimientos, la serie termine lo antes posible. Las dos primeras temporadas seguían una perfecta estructura de capítulos. El objetivo era llegar al certamen nacional de coros y, claro, ganarlo. En la tercera se perdió un poco esa sólida trama argumental, y la cuarta y la quinta se han convertido en una sucesión de capítulos sin ton ni son en los que prácticamente llegas a olvidar qué había sucedido en el capítulo anterior. Demasiadas estupideces de adolescentes y poca dedicación al argumento original: la preparación de los regionales y el nacional.

Ahora Glee parece, y es, una serie perdida, de la que es mejor que echen el cierre lo antes posible porque empieza a costar darle al capítulo para verla y que no se pierda en micro argumentos acerca de las historias de los adolescentes del McKinley y no se vislumbre una trama original más que algunas secundarias de las dos primeras temporadas, como las semanas de estudio dedicadas a los grandes de la música, The Beatles o Billy Joel. Y eso no es suficiente para mantener la serie. Una de las pocas escenas que realmente me apetece ver, cuando llegue, es la versión que hará Darren Criss del “All of me” de John Legend.

Si la vuelvo a ver, que es probable, seguramente lo dejaré en la tercera temporada. Hasta que ganan el certamen nacional de coros. Las tres siguientes, a la espera de ver la sexta, no tienen nada que ofrecer y, además, a partir sobre todo de la cuarta, sus integrantes ya estaban más inmersos en sus proyectos personales que centrados en la serie. Y eso se nota demasiado.

Larga vida a Glee. Aunque su historia está alcanzando el final en Estados Unidos y a nosotros nos quede temporada y media que contemplar.

 

Dedicado a Arantxa.

lunes, 3 de noviembre de 2014

Esto sigue siendo España

Francisco Granados inauguró en su etapa política en Madrid la misma cárcel en la que ahora está preso.


Todavía no puedo dejar de reír.