miércoles, 3 de septiembre de 2014

Canciones que no te dejan indiferente VIII

En esta ocasión, volveré al pop británico de los ochenta. Dicen que esa década fue la de la horterada en cuanto a música. Otros dicen que fue la mejor. Ni una cosa ni la otra. Hubo porquerías, como en todas las décadas, y hubo obras maestras, como en todas las décadas.


Hoy recordaré la que para mí es la mejor balada que se ha hecho en la música pop. Pop, sin más, puro y duro. Aunque a estos chicos, junto a Duran Duran, se les consideró como los cabecillas de la tendencia denominada New Romantics, básicamente porque eran grupos de tíos muy guapos que hacían canciones para que las chicas compraran sus discos. Pocos chavales lo hacían porque les hubieran acusado de algo que no voy a mencionar aquí.


Siempre hubo mucha rivalidad entre estos dos grupos. Unos eran los favoritos de Lady Di, Duran Duran, y de Spandau Ballet decían que eran los mejores. Dos grandes diferencias entre ellos. Duran Duran jamás sacó una balada en todos sus discos, y las pocas que hicieron quedaban como la pista 13 o 14 de sus discos, de aquellas que nadie escucha y solo sus acérrimos seguidores llegan hasta esa altura del disco. Y por otra parte, la crítica especializada fue siempre unánime en cuanto al análisis de los dos grupos: Spandau Ballet, técnicamente, eran mucho mejores que Duran Duran. Lo cual no es de extrañar. Duran Duran eran un grupo de amigos que se juntaron para hacer música, es decir, la historia de siempre, y algunos de los chicos de Spandau Ballet se conocieron en el conservatorio. A mí me gustan los dos por igual, aunque le doy la razón a los críticos. Spandau Ballet eran mucho mejores, pero Duran Duran, sobre todo gracias a su cantante Simon LeBon, tenían algo que les hacía diferentes del resto. En definitiva, música para disfrutar por parte de ambos sin fijarte en quién cantaba mejor (las voces de los dos solistas no tenían nada en común) y una época de esplendor para la música cuando las discotecas empezaban a pegar fuerte.


Os traigo dicha balada. No es una balada cualquiera. La mayoría hablan del amor o del desamor entre dos personas. Esta no. Esta habla de la guerra. De las catastróficas consecuencias y del mal que le hace a la humanidad. La potente voz de Tony Hadley convierte lo que podía haber sido una canción más en lo que en música gusta de calificar como Himno. Y este lo es. Al estilo del ya comentado Still Loving you pero con las guitarras utilizando el pedal de distorsión. Vale la pena escuchar tanto la voz de Hadley como los arreglos instrumentales. Magistrales ambos.


Nota: al parecer, el video original ha desaparecido de YouTube. Una lástima, porque es precioso, así que pondré una simple carátula con la canción, que es lo que importa.


Spandau Ballet- Through the barricades

No hay comentarios:

Publicar un comentario