Me hacía cierta gracia ver
cómo se desempañaban nuestras heroínas de la selección de baloncesto en la
final contra las todopoderosas yanquis. De ver a la diosa Alba Torrens y todo
lo demás. Pues con medio partido, ya me ha llegado.
Cuando sales a jugar un
partido de baloncesto contra Estados Unidos, no sé por qué ningún seleccionador
no se da cuenta de que te van a moler a palos en defensa. Y no sé tampoco por
qué no saben que en ataque no les van a pitar nada. Te las van a pitar a ti.
Son Estados Unidos, y los árbitros salen tan acojonados como los jugadores. O
defiendes a palos, o te meten un capazo. Y así va a seguir siendo hasta el
final de los tiempos, o hasta que alguien se dé cuenta y les diga a sus
jugadores que empiecen a meter codazos en cara, riñones, partes nobles, y
que se escape alguna patada. Los americanos defienden así. Salen con medio partido ganado. Todo el repertorio para intimidar al contrario. ¿Hay alguna pelea? Las
peleas se resuelven rápido. Pero el agredido o agredido sabrá que volverán a
darle, y ya no meterá siete triples seguidos. Eso lo garantizo yo, que he jugado más de una década a este deporte y sé lo que pasa en las pistas. Por eso yo no solía defender. Cuando me daba por hacerlo, había pelea asegurada.
Nuestras chicas de plata han
salido, desde el primer momento, asustadas. Como si las americanas llevaran un
cuchillo en la boca y les fueran a rajar en cada ataque. Así, mejor quedarse en
el vestuario y regalarles la medalla de oro por incomparecencia. Eso no es
jugar a baloncesto. Eso es quedarte con la boca abierta mirando cómo las yanquis
hacen lo que les da la gana. Que por cierto, no son tan buenas. Esta número 7
ha metido ella solita la mitad de puntos de su selección durante los dos
primeros cuartos. Una defensa al límite sobre ella y habríamos acabado casi
empatados.
Y otra cosa que no sé por
qué coño ningún entrenador dice a sus jugadores. Cuando en el otro equipo hay
una jugadora que las dos primeras pelotas que coge se las tira como si fuera la
única en pista y las clava en el aro porque es una tiradora excelente, no hay
que permitirle un tercer tiro. No se le puede defender a medio metro. Hay que
ponerse delante de ella, meter las piernas rodeando las suyas y con las manos
taparle la cara en todo momento. Así se defiende, y con un poco de suerte la
defendida se cabrea, te da un palo y le pitan personal a ella. Todo lo demás
son tonterías.
¿De verdad no hay un solo
entrenador en todo el mundo que no sea capaz de decirle eso al defensor del
máximo anotador del equipo contrario que te ha hecho diez puntos en dos
minutos? No me lo puedo creer.
A pesar de todo ello, un
gran campeonato de nuestras chicas. Hasta el partido de ayer. Por cierto, la
ayer diosa y hoy doña nadie Alba Torrens, ¿dónde ha estado toda la primera parte?
Yo creo que no ha metido ni una.
No encumbremos tan pronto a
falsos mitos O como mínimo, prematuros.
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