lunes, 16 de julio de 2012

La herencia arruinada

Ya he dejado claro en anteriores artículos que ZP ha sido el peor presidente de la democracia española, como Bush hijo lo fue para Estados Unidos. Curiosamente, los dos fueron reelegidos. Un aplauso para ambos países.

Pero a nosotros Bush nos importa un pimiento, aunque durante su mandato y su coincidencia con Aznar se firmaron los mejores acuerdos de exportación de nuestros productos de la historia. Los jamones salían a miles y el aceite a toneladas. Eso creaba empleo. Qué fácil es olvidarse de lo que les conviene a algunos ahora.

ZP salió elegido porque en el congreso socialista solo se presentaban dos opciones viables, la de Bono, y la suya. Bono era un hombre de dilatada trayectoria política y que además ya había tocado pelo, es decir, sabía lo que era el poder, mientras ZP era otro licenciado en Derecho más del medio millón que tenemos en España (uno cada 80 habitantes) al que nadie conocía  pero resultaba simpático y no portaba losas consigo. Además los azules habían matado a su abuelo durante la Guerra Civil. Como Marcelino Camacho y sus jerseys de lana en los viejos tiempos: imponía solo con su presencia.

La siempre cerrada cúpula de los partidos políticos lo tuvo claro: Bono era como Paco Vázquez, ex alcalde de La Coruña. Un tipo con valores, más centrado que inclinado a la izquierda y con excelentes relaciones con el clero y ningún miedo a decir lo que pensaba. Y en la cúpula socialista no querían saber nada del clero por temas como la ley del aborto o el matrimonio homosexual, que suponían un paso atrás en el avance del mal llamado progresismo, palabra de la que se han apropiado desde que se dieron cuenta de que existía. Como si un liberal no fuera progresista. ¿Qué queremos, ir a hacia atrás o hacia delante? El debate resulta ridículo

Resultado final: ganó ZP por poquito, con esa cara de no haber roto un plato y un pasado desconocido que se pierde en una cátedra suplente de Derecho en la Universidad de León que nunca ha ejercido. ¿Qué supuso esa elección? Muchos detalles, desde dentro y desde fuera.

Desde dentro supuso que tuvo que trasladar a su familia. Esposa (qué raro que no fuera solo compañera sentimental) y dos hijas, a Moncloa. A ninguna de las tres les gustó tener que vivir allí asediadas por el estricto protocolo de palacio. La primera, soprano sustituta del coro del Teatro Real (fíjense la contradicción de una profunda republicana accediendo a dicho trabajo y es que más cornadas da el hambre y el egocentrismo humano no tiene límites aunque seas una cantante mediocre que nunca será solista más que por influencia de tu marido), torció el gesto cuando vio a lo que se enfrentaba, y si ya le costó aceptar que el pusilánime de su marido se presentara a la reelección, le dejó las cosas bien claras cuando le dijo que, si se volvía a presentar para un tercer mandato, su matrimonio había terminado y se llevaría a sus hijas con ella de vuelta a León. ¿Por qué creen que no se presentó? Si él estaba convencido de que lo estaba haciendo de puta madre. Cuando no tienes ni idea de lo que haces en la vida pero te rodeas de lameculos que te dicen que todo va de maravilla, hasta te lo crees. Y ZP se lo creía.

Y no hablemos de sus hijas. Dos gótico-siniestras que solo visten así para poner en ridículo al jefe de gobierno español. De su relación con sus hijas, que no le soportan y él no hace nada para evitarlo, han llegado los lodos del sistema educativo en España. Para adaptarlo a la grosería, mala educación y peores modales de sus hijas, siempre las peores alumnas de todos los colegios en los que se las matriculaba y para quienes un día normal era levantarse lo más tarde posible y aparecer por el colegio cuando les diera la gana porque papá era el presidente del gobierno y aunque llamaran a casa para avisar de sus campanas, ni mamá ni papá les iban a decir nada. Tenemos la peor generación de padres de la historia, los que tienen ahora entre 40 y 55 años, y si lo son es por el MIEDO con el que tratan a sus hijos. Cual muñecas de porcelana que si les tocan, se rompen.

Trasladen esa situación a diez millones de estudiantes españoles. Los problemas familiares convertidos en la causa principal del desastroso declive de la calidad del sistema educativo español. Ni una sola facultad entre las 200 primeras del mundo. Pregunten a sus hijos de quince años si Aristóteles era portugués, fenicio o paraguayo. A ver si les responden correctamente. Y de paso, respóndanse a ustedes mismos. Cuando yo estudiaba esos temas, también gobernaban los socialistas. Y sé la respuesta. Pero ahora se trata de que los chavales no estén en la calle. Se presentan al colegio para calentar el asiento, y esas escenas de las películas que tanto nos hacían reír en las que veíamos a alumnos durmiendo en clase, se han convertido en una triste realidad. El sistema educativo se ha diseñado para tener a los hijos en el colegio hasta los dieciséis. ¿Fracaso escolar de un treinta por ciento, tres de cada diez? ¿A quién le importa? ZP ha convertido a los niños en intocables y a sus padres en gladiadores que salen en estampida hacia el colegio cuando a su niño maravilloso y perfecto que se pasa el día pegando a sus compañeros le han llamado la atención. Es el mundo al revés.

Y no hablemos de la Sanidad. Ahora se quejan los profesionales del medio de los recortes, y yo no digo que no les falte razón, pero les explicaré algo que me sucedió a mí hace pocos días: mi madre sufrió un episodio de vértigo por el que la tuve que llevar a urgencias, y cuando llamé al timbre porque la puerta del ambulatorio estaba cerrada con llave, tardaron más de cinco minutos en abrirnos. Estaban durmiendo. Eran las seis de la mañana, pero ¿no estaban de guardia? Después se quejan de recortes y más historias cuando en el hospital comarcal de mi pueblo estoy esperando a que me atienda el otorrino y veo a una señora de recepción poniendo un cartel de “fuera de servicio”. Pasa casi una hora y mientras espero a que me den los resultados de una audiometría me acerco por la cafetería y allí está la señora, tomándose el café tranquilamente. Cuarenta minutos después, cuando ya tengo los resultados, el mostrador sigue con el cartel de “fuera de servicio”. Y aún tienen la cara dura de quejarse, y más cuando media hora después de mi marcha, paraban durante el resto del día para hacer una huelga. A esa señora le digo desde aquí que es una vergüenza para su profesión y ojalá la despidan.

¿Y saben que es lo peor? Que lo que acabo de explicar no es una excepción.

Salgamos fuera. Tras el cabreo de Bush por haber abandonado Irak sin dar explicaciones, nuestro amado y ponderado ZP hizo todo lo que estuvo en su mano para acercarse a Obama. Pero Obama no quería saber nada de él. Los presidentes americanos hablan entre ellos, y Bush le dijo a Obama que el español no era un aliado fiel de los Estados Unidos, y de ahí la ignorancia de uno a otro. Históricamente, los presidentes americanos se han encargado de la política exterior, ya que, como se decía en una prestigiosa serie americana que abordaba precisamente el día a día de un presidente de los Estados Unidos, cuando acceden al cargo no hacen amigos nuevos, por lo que deben dedicarse a mantener a los que todavía conservan. Y el Senado es el que se encarga de llevar los asuntos de la nación. Veremos qué sucede ahora entre el americano y Rajoy. Tardará en recuperar la confianza en los españoles, y Rajoy debe ser lo suficientemente listo como para que Obama empiece a firmar nuevos tratados de comercio para que volvamos a exportar a Estados Unidos, acuerdos que descendieron un setenta por ciento después de la espantada de Irak. No les hemos vuelto a vender una sola arma, y recuerden nuestro jamón, nuestro aceite y productos similares, que en la mayoría de los casos quedan retenidos en las aduanas americanas y acaban devueltos a nuestro país. Otra herencia del querido ZP. Para hacerle un monumento.

Por tanto, y aunque me gustan los recortes como a todo el mundo y aunque esté en el paro como otros cinco millones y pico, me río de la estrategia socialista actual (recuerden lo que les digo: Rubalcaba no será el candidato socialista dentro de tres años y medio) y me río por no escupirles en la cara a los sindicalistas. No he conocido a gente más parásita que Méndez y Toxo, ambos unos indeseables que no han trabajado en su vida y si lo hicieron una vez han pasado tantos años que ni se acuerdan de lo que es levantarse a las seis de la mañana para ir a la fábrica. ¿Y esos dos canallas son los que defienden los derechos de los trabajadores? Y yo me pregunto: ¿Cuándo ha defendido un sindicalista los derechos de los parados? Se les debería caer la cara de la vergüenza. Pero como no la tienen, no se les cae nada.

Y un último recuerdo para los mineros, como no podía ser de otra manera. Llegaron a Madrid y se armó la marimorena: encontronazo con la policía y cargas por doquier. Un montón de detenidos y, curiosamente, ninguno era minero. Todos alborotadores. ¿Es que no se conocen entre ellos y no fueron capaces de salirles al paso y ayudar a la policía a identificarlos? ¿Tan importante era que la oposición pudiera salir después, micrófono en mano, a decir que la policía de Rajoy era una represora cuando habían sido ellos mismos los que habían colocado a los alborotadores en las cercanías del final de la manifestación de los mineros?

Qué vergüenza de país.

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